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Dioshablando

El Pecado.

El Pecado Y Sus Consecuencias

Pecado es todo aquellos que nos aparta de Dios.

El gran propósito por el cual Jesús vino a la tierra fue para salvar al hombre del peca-do. A menos que nos demos cuenta de este importante hecho, nuestra fe en él resulta en vano. En la siguiente lección estudiaremos cómo podemos recibir el perdón de pecados a través de Cristo. Antes de hacerlo, sin embargo, debemos aprender algo acerca del pecado y sus consecuencias.

¿Qué es el pecado?

Juan enseña que el pecado es la trasgresión de la ley  (1 Juan 3:4). Mientras que el crimen es la trasgresión de la ley de la tierra, y el vicio es la trasgresión de los requisitos morales y costumbres de la gente, el pecado es la trasgresión de la ley de Dios. La palabra, literalmente significa no dar en el blanco. Puesto que la voluntad de Dios es el blanco, nosotros hemos errado al blanco; lo cual quiere decir que hemos pecado por cuanto no hemos obedecido la voluntad de Dios.

Muchos pecados son morales por naturaleza. Algunos de estos, tales como la idolatría, el adulterio y la bebida, son condenados y mencionados por su nombre en la Biblia. Otros peca-dos, tales como el juego, no son mencionados en las Escrituras. Pero son condenados por los principios morales enseñados en la palabra de Dios. Juan resume estas obras de la carne cuando dice: Toda injusticia es pecado (1 Juan 5:17). Los pecados de omisión son también condenados en el Libro Divino. Y al que sabe hacerlo bueno y no lo hace, le es pecado (Santiago 4:17). Por ejemplo, los cristianos deben visitar al enfermo (Mateo 25:36) pero si ellos saben esto y no lo hacen, entonces pecan. Nosotros no sólo debemos evitar hacer las cosas que Dios ha prohibido, sino que también debemos hacer aquello que él ha mandado.

Otro tipo de pecado es la desobediencia a Dios, aun cuando los principios morales no estén incluidos. Al Rey Saúl se le mandó destruir completamente a los amalecitas. Pero él creyó saber más que Dios y salvó a algunos de los animales para sacrificar y perdonó la vida del rey de los amalecitas. Aunque él no violó ningún principio moral, del cual nosotros hayamos sido informados, pecó a causa de la desobediencia a Dios. De manera similar los cristianos pueden pecar hoy. Por ejemplo, Jesús habló de los elementos que deben usarse en la cena del Señor, como el pan y el jugo de uva. Si substituimos estos por pollo y jugo de naranja, pecamos a causa de que estamos desobedeciendo el mandamiento del Señor. La Biblia no enseña que hay grados de pecado. No perdona las llamadas mentiras blancas mientras que condena las mentiras negras. Dice: todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre (Apocalipsis 21:8). Es cierto que las consecuencias físicas de algunos pecados son peores que otras. Preferiríamos el ser odiados por alguien a que nos causara la muerte; pero desde el punto de vista del pecado, el odio y el darle muerte a otro, costará la vida eterna. Juan dice: Todo aquel que aborrece a su herma-no es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él (1 Juan3:15).

Las consecuencias del pecado

 Cuando Dios le prohibió a Adán comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, dijo: El día que de él comieres morirás (Génesis 2:17). Cuando Adán pecó, murió; ambos: física y espiritualmente. Como resultado de la trasgresión, Adán murió físicamente años más tarde; y su posteridad ha estado sujeta a la muerte desde ese tiempo. Pero de más importancia es saber que Adán murió espiritualmente el día que pecó, pues fue echado de la presencia de Dios o del jardín. La muerte espiritual es la separación de Dios, así como la muerte física es la separación de alma y cuerpo. Nunca debemos creer quela muerte espiritual es aniquilación

. Toda muerte espiritual es el resultado del pecado. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23). Otra vez: Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis (Romanos 8:13). Pablo no se refiere aquí a la muerte física, puesto que todos tenemos que morir físicamente aun-que vivamos de acuerdo con la carne o el Espíritu. Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados (Efesios 2:1). Y a vosotros, estando muer-tos en pecados...os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados (Colosenses 2:13). Así a menos que el hombre sea revivido espiritualmente en Cristo, mientras todavía vive físicamente, será separado de Dios eternamente en la muerte eterna en el lago de fuego y azufre (Apocalipsis 21:8).

¿Se hereda el pecado?¿Heredamos nosotros la culpa de los pecados de Adán y de nuestros padres? O ¿somos responsables únicamente por los pecados que cometemos? Las Escrituras claramente enseñan que debemos responder a Dios por nuestros propios pecados, y no por los de nuestros progenitores. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí  (Romanos 14:12). Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo (2 Corintios 5:10). Por cuanto todos pecaron, y están destituido de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Observe que Pablo dice que estamos destituidos de la gloria de Dios a causa de nuestros propios pecados, no que naciéramos destituidos de la gloria de Dios a causa de los pecados de nuestros antepasados. La doctrina de que un niño haya nacido con la culpa del pecado de Adán y con la de sus padres se conoce como el pecado original. Se afirma así, de acuerdo con esta doctrina, que un niño que nunca personalmente haya pecado, está condenado por siempre al infierno, a menos que sea bautizado.

Ni la expresión pecado original, ni la idea que representa se encuentran en la Biblia. La palabra de Dios enseña lo opuesto: El alma que pecare, esa morirá. El hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo (Ezequiel 18:20). En otras palabras, un niño no es culpable por el peca-do de sus padres.

 

 

Esta enseñanza yerra por no considerar que el pecado es un acto (la trasgresión de la ley) (1 Juan 3:4) y no una característica heredable. El pecado no podría ser más heredado que el cocinar y el manejar automóvil, puesto que estos son actos y no características.

Si los niños nacieran pecadores, Jesús no los habría escogido como ejemplos que nosotros debemos seguir. Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos (Mateo 18:3). Nosotros somos linaje de Dios (Hechos 17:29) y nuestros espíritus han sido dados por Dios (Eclesiastés 12:7). De acuerdo con la doctrina del pecado original se podría concluir que nosotros heredamos el pecado de Dios mismo lo cual no puede ser, puesto que Dios es perfecto. ¿Qué, entonces, heredamos de nuestros padres físicos? Heredamos la habilidad para conocer el bien y el mal; y también las flaquezas humanas que con tiempo nos conducen al pecado. Nosotros no heredamos la culpa de la trasgresión de Adán, ni la de nuestros padres. Hasta que un niño sea suficientemente maduro para comprender el significado del pecado, él es puro ante los ojos de Dios, como la blanca nieve que cae en el invierno.
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