Dioshablando
La Mayordomia Cristiana
La mayordomía cristiana.
He aquí un bosquejo que nos muestra que todo lo que somos y tenemos viene de Dios y que solo somos administradores o Mayordomos de Dios.
El cristiano pertenece a Dios
1. Su propiedad es de Dios. Todo lo que tengo y todo lo que soy pertenece a Dios.
“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan” Salmo 24:1
“Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud” Salmo 50:10-12
“mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8
2. Su cuerpo es de Dios.
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no soy vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales, son de Dios” 1 Corintios 6:19-20
3. Su alma es de Dios.
“En su mano esta el alma de todo viviente; y el halito de todo el género humano” Job 12:10
En Conclusión: “porque ninguno de vosotros vive para si, y ninguno muere para si. Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” Romanos 14:7-8
Todo creyente es un mayordomo de lo que Dios le ha confiado.
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10
“A uno dio cinco talentos, y a tros dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos” Mateo 25:15
Rom 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Rom 12:4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
Rom 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Rom 12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Rom 12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Rom 12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Todo creyente tiene algo que puede usar para Dios. Mateo 25:14-30 enseña que cada uno de nosotros debe dar cuenta de cómo hemos usado lo que Dios nos ha dado.
La mayordomía no es Opcional
Al aceptar a Cristo, usted se convirtió en mayordomo. No tiene que decidir si quiere ser mayordomo o no. Usted solamente decide que clase de mayordomo va a ser. Usted dará cuenta de su mayordomía en el Tribunal de Cristo.
Un buen mayordomo es Fiel:
“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Co 4:2
Tiene la confianza del dueño. Hace exactamente lo que su patrón le dice. Podríamos decir que la fidelidad es el comportamiento correcto del mayordomo en relación con su amo. La fidelidad depende de una obediencia diaria a lo que Dios nos ha dicho que hagamos. La obediencia a los mandamientos de la Escritura, la persistencia en reclamar las promesas de la Palabra de Dios, la consagración diaria para andar en la luz y permanecer en Cristo, permitiendo que Su Palabra more en nosotros, son las cualidades de un mayordomo fiel. No administra su mayordomía basándose en sus gustos o caprichos, sino en el amor, la fidelidad y la obediencia a su Señor.
Cristo Como Mayordomo
Jn 5:30 “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”.
Jn 7:18 “El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia”.
Lc 22:42 “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Jesucristo no vino a la tierra para hacer lo que quisiera, El vino con un propósito establecido por el Padre, nunca hablo palabras que no fueran del Padre. No busco su propia gloria sino la gloria del padre.
Cristo entrego no solo lo que tenia, sino también se entrego a sí mismo.
En esto consiste la mayordomía Cristiana en entregarse por entero a Dios.